Caballos en el aire – el transporte aéreo

¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los caballos para viajar por todo el mundo? No, no tienen alas ocultas ni toman cruceros de lujo. Cuando estos majestuosos animales necesitan cruzar océanos o recorrer largas distancias, suben a un avión. Y créeme, es toda una experiencia digna de contar.

Campeones en primera cláse

La reina Isabel de Inglaterra era famosa por su pasión por los equinos. Para su aniversario de diamante (60. aniversario de subir al trono) recibieron 600 caballos de todo el mundo para ofrecerle un show extraordinario. Entre ellos 12 huasos chilenos con sus caballos respectivos.

Los caballos viajan en avión por diversas razones. Para competencias internacionales, es fundamental que lleguen a tiempo y en óptimas condiciones. En el mundo del comercio y las ventas, el mercado equino es global, y los aviones permiten que los caballos lleguen a su nuevo hogar sin demoras. Además, en programas de reproducción, algunos caballos viajan para conocer a su «media naranja» en persona… o mejor dicho, en caballo. También, en situaciones de mudanzas o emergencias, como desastres naturales, el avión se convierte en una opción eficiente para trasladarlos rápidamente a lugares seguros.

En situaciones de emergencia, como desastres naturales, el transporte aéreo es vital para rescatar a los caballos y llevarlos a lugares seguros. Se organizan vuelos para evacuar a los animales, demostrando que hay héroes alados que vienen al rescate.

La suite equina

No, los caballos no se sientan en los asientos de primera clase. Viajan en contenedores especiales, que podríamos considerar como las «suites equinas» del avión.

Estos contenedores están diseñados para ser resistentes y proteger al caballo durante el vuelo. Cuentan con suficiente espacio para que el animal pueda pararse de manera natural y moverse un poco, aunque no tanto como para galopar por los pasillos. La ventilación es esencial, por lo que estos contenedores están equipados para mantener el aire fresco y limpio. Además, tienen puertas y paneles que facilitan el acceso a los cuidadores y veterinarios, por si necesitan atender al caballo durante el vuelo.

Hay diferentes configuraciones de contenedores. Algunos son individuales, perfectos para el caballo que prefiere su privacidad y disfrutar de un vuelo tranquilo. Otros son dobles o triples, ideales para caballos que disfrutan de la compañía durante el viaje.

¿Qué comen y beben durante el viaje?

Porque, seamos honestos, ¿quién no siente un poco de hambre en un viaje largo? Los caballos no son la excepción.

Antes y durante el vuelo, se les proporciona heno de alta calidad. Es el equivalente equino de una bolsa de palomitas, manteniéndolos entretenidos y satisfechos. Sin embargo, se evita darles alimentos pesados o concentrados antes del viaje, para prevenir cólicos o malestares digestivos. Nadie quiere un caballo con dolor de barriga en pleno vuelo.

En cuanto a la hidratación, se les ofrece agua fresca de manera regular. La hidratación es crucial, especialmente en vuelos largos, para mantenerlos en buen estado. En algunos casos, se administran electrolitos para asegurar que mantengan un balance hídrico adecuado.

¿Quién cuida de ellos en el viaje?

No podemos esperar que los pilotos se den una vuelta para darles una palmadita, aunque sería una imagen interesante. Los caballos son atendidos por cuidadores especializados, conocidos como grooms, y en algunos casos, por veterinarios.

Los cuidadores se encargan de alimentarlos y proporcionarles agua durante el vuelo. También monitorean su comportamiento y signos vitales, y están listos para calmar y manejar situaciones de estrés. Es como tener un asistente personal que se asegura de que todo esté en orden.

En vuelos con caballos de alto valor o animales con necesidades especiales, puede viajar un veterinario a bordo. Su función es atender cualquier emergencia médica que pueda surgir y administrar medicamentos si es necesario, asegurando que el caballo esté tan fresco como una lechuga.

¿Todos los caballos pueden volar?

No todos los caballos son aptos para ser viajeros frecuentes. Aquellos en buena salud general, sin enfermedades contagiosas o condiciones médicas graves, pueden volar sin problemas. Generalmente, se permite que viajen caballos mayores de diez meses, ya que los potros más jóvenes requieren autorizaciones especiales. Además, es importante que tengan un temperamento manejable para evitar comportamientos agresivos durante el vuelo.

Por otro lado, los caballos enfermos o lesionados, aquellos con enfermedades infecciosas o lesiones que puedan agravarse durante el viaje, no son aptos para volar. También se desaconseja transportar yeguas en avanzado estado de gestación para evitar riesgos de parto en pleno vuelo. Y, por supuesto, los animales sin la documentación necesaria no podrán abordar; las aduanas no son flexibles con eso.

¿Qué sucede cuando hay turbulencias?

No podemos pedirle al piloto que evite las turbulencias, pero sí podemos prepararnos para ellas. Los contenedores están diseñados para proteger al caballo en estas situaciones. Tienen paredes acolchadas y pisos antideslizantes para que el caballo no se sienta en una montaña rusa. A menudo, se utilizan cabezadas y amarres suaves para evitar movimientos bruscos sin incomodar al animal.

Los cuidadores están atentos durante todo el vuelo. Si el caballo se pone nervioso, pueden calmarlo con palabras suaves y asegurarse de que esté lo más cómodo posible. En algunos casos, bajo supervisión veterinaria, se pueden administrar sedantes suaves a caballos nerviosos antes del vuelo.

El temido Jet Lag equino

Al igual que nosotros, los caballos pueden sentirse desorientados con los cambios de horario. Pueden presentar alteraciones en sus patrones de sueño y alimentación, e incluso un poco de mal humor. Sí, ellos también.

Para ayudarles a adaptarse, se recomienda llegar con anticipación al destino, permitiendo que el caballo se ajuste al nuevo huso horario. Controlar la exposición a la luz puede ayudar a regular su ritmo circadiano. Además, ajustar los horarios de alimentación de manera progresiva facilita su adaptación.

Preparativos antes del despegue

No puedes simplemente subir al caballo al avión y decir «¡Adelante!». Hay una serie de procedimientos y requisitos que deben cumplirse.

Es esencial contar con toda la documentación necesaria. Esto incluye certificados sanitarios que comprueben las vacunas y el estado de salud del caballo, permisos de importación o exportación según corresponda, y la identificación del animal mediante microchip o documentación oficial.

Antes del vuelo, se realiza un chequeo veterinario completo para detectar posibles problemas. Si es posible, se acostumbra al caballo al contenedor donde viajará para reducir el estrés. Además, se controla su alimentación, reduciendo la ingesta de alimento sólido antes del vuelo para minimizar riesgos digestivos.

Al aterrizar: ¡Bienvenidos a su destino!

El viaje no termina hasta que el caballo está en su nuevo hogar. Al aterrizar, los caballos son examinados por autoridades sanitarias para asegurar que todo esté en orden. En algunos países, es obligatoria una cuarentena para prevenir la introducción de enfermedades. Finalmente, se coordina el transporte terrestre para llevar al caballo a su destino final, con las mismas consideraciones de bienestar que durante el vuelo.

Historias de altura

Un caballo se soltó en pleno vuelo y el piloto del avión de carga en el que volaba tuvo que aterrizar de emergencia debido a la bizarra, pero peligrosa situación. El jet 747 de Air Atlanta Icelandic iba a casi 10.000 metros de altura cuando el equino salió de su corral en la bodega. El vuelo, que se dirigía hacia Bélgica el 9 de noviembre de 2023, tuvo que desviarse al aeropuerto JFK de Nueva York. Los pilotos regresaron porque la tripulación no podía volver a meter al caballo en el corral.

Una mujer estadounidense logró viajar en la cabina con su caballo miniatura en un vuelo de American Airlines de Chicago a Omaha (Nebraska, centro) que duró una hora y media a fines de agosto de 2019.

El caballo Flirty, de 7 años y del tamaño de un perro grande, viajó con su dueña, que necesita la presencia de este animal de apoyo emocional a diario para ayudar a controlar sus ataques de ansiedad.

Transportar caballos en avión es toda una aventura que requiere planificación, cuidado y un equipo dedicado. Desde las «suites equinas» en el avión hasta los cuidadores que velan por su bienestar, cada detalle cuenta. Así que la próxima vez que veas un avión surcando el cielo, quién sabe, ¡quizás esté

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