Cuando en primavera el clima está más agradable, lo primero que hace toda la gente que tiene caballos, que pone un balde para el caballo en el box. Esta es una buena costumbre, si respetamos algunas reglas importantes.
Los caballos generalmente tienen un balde favorito, y solamente están dispuestos a tomar de ese balde. Tocan el otro balde cuando ya el primero se vació.
Todos los días hay que cambiar el agua, y botar el resto que quedó en el balde, ya que después de un tiempo el agua empieza a fermentarse.
Cuando hace calor en verano, el agua debe ser fría. Se recomienda reponer el agua cada vez que tenemos oportunidad. No conviene dejarle en el box el agua, porque puede botar el agua del balde, y moja la paja. Hay caballos, a los cuales les gusta jugar con el agua. Hay que esperar con paciencia, que el animal termine de tomar, y quitarle el balde. Es un buen hábito después de abrevar, revisar las pesebreras y retirar todos los baldes.
Se necesita preocupación extra en fijarse, cuando un caballo se le caen pedacitos de la comida al agua. En estos casos el agua se pudre más rápido, eso pasa con frecuencia en verano. La calidad del agua también afecta, cuándo empieza a podrir el agua. Cuando uno tiene varios caballos en el pastizal, también es importante cambiar el agua varias veces al día.
Si vas a un lugar ajeno con tu caballo – a una competencia, o a una clínica veterinaria -, toma en cuenta, que no les gusta tomar de baldes ajenos. Se recomienda llevar el balde propio del caballo. Se acostumbran incluso al sabor del agua, y pueden rechazar el agua de otro lugar. Si sucediera eso, se puede solucionar el problema con un pequeño truco. Ofrezcale manzana, pero no le des, sino tires en el agua. La manzana flota en la superficie del agua, y para agarrarla, tiene que meter su ocico en el balde. Este truco no funciona con zanahoria, ya que éste baja al fondo del agua.