Cuando Gabriella comenzó sus estudios para técnico en crianza de caballos en la Escuela Agraria de Szécsény, Hungría, desde el primer día le inculcaron, que cabalgar es riesgoso. Durante la primera semana, los nuevos alumnos no hicieron más que aprender una de las lecciones más importantes: cómo caer del caballo sin lastimarse. Bajo la supervisión de la profesora, los estudiantes practicaban incansablemente en un corral rodeado de fardos de paja. Subir y caer, una y otra vez, hasta que dominaron las posturas que mejor protegían sus cabezas y extremidades. Gracias a este entrenamiento, Gabriella, aunque cayó varias veces, nunca se lesionó.
Admiramos a los caballos por su belleza, su fuerza y su inteligencia, y disfrutamos profundamente de la conexión única que se crea al cabalgar. Sin embargo, no podemos ignorar el riesgo inherente que supone esta actividad. Aunque cabalgar nos ofrece libertad y emoción, también implica ciertos peligros que muchas veces no se toman en cuenta con la seriedad que merecen.
Este tipo de preparación debería ser esencial para todos los principiantes, pero lamentablemente no siempre es así. Por esta razón, es importante que prestemos atención a los peligros del cabalgar y tomemos medidas preventivas para protegernos, sin perder de vista lo mucho que valoramos la relación con estos magníficos animales.
Muchos traumatólogos y especialistas en medicina deportiva consideran que cabalgar es uno de los deportes más peligrosos en términos de potenciales lesiones, y hay varias razones por las cuales se considera así. Si bien montar a caballo tiene muchos beneficios físicos y emocionales, también implica riesgos debido a la naturaleza del deporte y a la interacción con un animal grande e impredecible.
¿Por qué se considera un deporte peligroso?
- Tamaño y peso del caballo: Los caballos son animales grandes y poderosos, que pueden pesar entre 400 y 600 kg, o incluso más. Si el jinete pierde el control, una caída o un golpe del caballo puede causar lesiones graves.
- Riesgo de caídas: Las caídas son una de las principales causas de lesiones en la equitación. Caer desde la altura de un caballo, que puede estar a más de 1,5 metros del suelo, puede provocar fracturas, esguinces, conmociones cerebrales y otras lesiones graves. La velocidad y el terreno también juegan un papel importante en el impacto de una caída.
- Interacción con un ser vivo impredecible: A diferencia de otros deportes donde los atletas tienen control sobre la situación (como en el ciclismo o el fútbol), montar a caballo implica interactuar con un animal con instintos propios. Los caballos pueden asustarse fácilmente (por ruidos, movimientos inesperados o situaciones imprevistas), lo que puede llevar a caídas, pisotones, o golpes con el animal.
- Lesiones en competiciones: En disciplinas ecuestres como el salto, el rodeo o las carreras, el riesgo aumenta debido a la velocidad, los saltos o el tipo de trabajo físico que se exige tanto al jinete como al caballo. Las caídas durante un salto o una maniobra pueden ser catastróficas.
En 1995, Christopher Reeve, el actor que interpretó a Superman, sufrió una caída de su caballo durante una competición ecuestre. El accidente le provocó una fractura en las vértebras cervicales, dejándolo tetrapléjico.
Tipos de lesiones comunes en la equitación:
- Lesiones ortopédicas:
- Fracturas y esguinces: Caer del caballo o ser pisado por uno puede causar fracturas en brazos, piernas, clavículas, costillas, o incluso la columna vertebral. Los esguinces de tobillo y muñeca también son comunes al tratar de amortiguar la caída.
- Lesiones de espalda y cuello: Las caídas, los movimientos repentinos o la torsión del cuerpo al montar pueden provocar lesiones en la columna, hernias discales o problemas en el cuello.
- Traumatismos en la cabeza:
- Conmociones cerebrales: Golpes en la cabeza al caer del caballo o ser golpeado por el animal son una de las lesiones más peligrosas. Incluso cuando los jinetes llevan casco, hay riesgos de lesiones cerebrales. Sin un casco, las probabilidades de daño cerebral grave aumentan considerablemente.
- Fracturas craneales: Aunque es menos común debido al uso generalizado de cascos, las caídas pueden provocar fracturas en el cráneo en accidentes más severos.
- Lesiones internas:
- Las caídas severas o el impacto con el caballo pueden causar lesiones internas, incluyendo hemorragias o daños en los órganos. Esto es particularmente peligroso si un caballo pisa a un jinete después de una caída.
- Lesiones por aplastamiento o golpes:
- Un caballo puede patear, golpear o pisar accidentalmente a su jinete en ciertas situaciones, lo que provoca graves daños. Los golpes en la cabeza, tórax o abdomen pueden ser fatales si no se atienden a tiempo.
Comparación con otros deportes
En términos de frecuencia de lesiones y gravedad, la equitación se compara con otros deportes extremos como el motociclismo o el esquí. Aunque deportes de contacto como el fútbol o el rugby también tienen una alta tasa de lesiones, el riesgo asociado a la interacción con un animal grande y la posibilidad de sufrir caídas desde una gran altura hacen que la equitación se considere particularmente peligrosa.
Estudios y estadísticas
Varios estudios han encontrado que las lesiones sufridas en deportes ecuestres tienden a ser más graves que en muchos otros deportes. Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine concluyó que las lesiones relacionadas con la equitación son más graves que las relacionadas con otros deportes recreativos. La mayoría de estas lesiones resultan en la hospitalización del paciente, y las caídas son la causa principal.
- Según el Centro Nacional de Información sobre Lesiones Deportivas en los Estados Unidos, la equitación tiene una de las tasas más altas de lesiones graves que requieren hospitalización.
- Un estudio en el Journal of Neurosurgery mostró que entre el 60% y el 70% de las lesiones por equitación que requieren atención médica son traumatismos craneales o lesiones graves en la columna.
¿Cuándo no es recomendable practicar la equitación?
Debido a los riesgos inherentes, no siempre es recomendable practicar equitación en ciertos casos:
- Personas con problemas graves de espalda o columna vertebral: Montar a caballo puede agravar problemas como hernias de disco o escoliosis avanzada, lo que pone en riesgo la salud del jinete.
- Personas con problemas de equilibrio: La equitación requiere un buen sentido del equilibrio y coordinación. Aquellos con trastornos que afectan el equilibrio corren un mayor riesgo de caídas.
- Jinetes sin el equipo adecuado: La equitación sin casco o sin equipo de protección adecuado (como botas con talón) aumenta significativamente el riesgo de lesiones graves, particularmente en la cabeza.
- Personas con miedo extremo o ansiedad: El nerviosismo extremo puede afectar la capacidad de controlar al caballo y aumentar el riesgo de accidentes. Los caballos pueden detectar el miedo, lo que a su vez puede ponerlos más nerviosos.
Conclusión
Aunque la equitación ofrece grandes beneficios para la salud física y mental, es un deporte que debe tomarse en serio debido a su riesgo inherente de lesiones. Con las precauciones adecuadas, como el uso de cascos, el entrenamiento adecuado y una evaluación cuidadosa de las condiciones físicas del jinete, se pueden minimizar los riesgos. Sin embargo, para los traumatólogos y especialistas en medicina deportiva, sigue siendo uno de los deportes más peligrosos debido a la combinación de altura, interacción con un animal impredecible y la gravedad de las lesiones que pueden resultar de un accidente.