Reportaje del BBC Kent, Reino Unido 

«La relación cambiante entre los gitanos y sus caballos personifica los profundos cambios que se han producido en el estilo de vida nómada en el curso de una corta generación.

Cuando los caballos y caravanas dieron paso al camión y el remolque algo cambió para siempre. Una forma de vida que había permanecido esencialmente sin cambios durante siglos, de pronto llegó a su fin, y con él se fue de siglos de tradición y cultura.

Hoy la propiedad del caballo entre los gitanos está en aumento y la relación se reavivó en un contexto moderno.

Romaníes viajeros mayores recuerdan los días en que el caballo era prácticamente un miembro de la familia y cuando la vida se llevó al ritmo lento constante se refleja en el sonido de los cascos resonando a lo largo de caminos rurales.

El día antes de enganchar y seguir adelante, la caravana se lavaba, se limpió todo, los latones se pulieron y los caballos se asearon y arreglaron. Nadie que vio pasar esta orgullosa caravana atrevería murmurar las palabras «Dirty gitanos”.

Los días de los coches tirados por caballos llegaron a su fin en los 1960, cuando los viajeros gitanos cambiaron al caballo por el motor, y el camión y el remolque sustituyó a la antigua y tradicional caravana de gitanos de madera pintada. Fue un momento crucial ya que las viejas formas llegaron a su fin y los gitanos embarcaron en un nuevo viaje que llevaría finalmente a la sedentarización y el temor por la propia supervivencia de la cultura romaní.

Los años 70 fueron días oscuros para los gitanos romaníes, no había aún ningún sitios oficiales municipales de acampar el trabajo agrícola se estaba quedando escaso.

Camiones y remolques eran ahora la norma y por un tiempo el caballo dejó de ser parte de la experiencia del viajero, pero en los últimos años como la cultura gitana ha empezado a encontrar sus pies en las nuevas circunstancias, los caballos son de nuevo muy presentes.»