En el primer día Dios creó a los caballos.
Al segundo día, Dios creó al hombre para servir al caballo.
Al tercer día Dios creó otros animales de la tierra para atormentar al caballo cuando estás montando.
En el cuarto día Dios creó el duro trabajo que las personas trabajan con y para alimentar a los caballos.
En el quinto día Dios creó la hierba que los caballos puedan comer y el hombre pueda trabajar con él, además asearlo.
En el sexto día Dios creó el veterinario para que el caballo esté sano, y la gente pobre.
En el séptimo día Dios descansó, y dijo: «Esta es una buena manera para que la gente aprenda humildad durante toda su vida trabajando para satisfacer las necesidades de los caballos.»
