Es frecuente encontrar que se compara al virus de la anemia infecciosa equina con el del VIH en humanos, no solo porque el VIH también es un lentivirus, sino además porque ambos son transmisibles por sangre y secreciones corporales (como el semen, por ejemplo).
La anemia infecciosa equina (AIE) es una enfermedad viral extremadamente contagiosa y muchas veces fatal trasmitida por insectos chupadores de sangre, que ataca a los caballos, las mulas, y los asnos. No tiene cura. El tratamiento sintomático puede recuperar al animal, pero será portador toda la vida.
La anemia implica una disminución considerable en la cantidad de los glóbulos rojos (eritrocitos) y/o en la hemoglobina, lo que conlleva a una disminución del oxigeno que llega a los músculos y a los órganos y causa un deterioro rápido y general del cuerpo.
La anemia infecciosa equina es provocada por un virus que se encuentra en la sangre y los tejidos de animales infectados, incluso en los que no manifiestan síntomas durante toda la vida del animal.
Síntomas:
- Los animales infectados pueden experimentar una alza repentina de temperatura, de 37,7°C, que es normal, a 40,6 °C o más alta. Los ataques de fiebre pueden ser esporádicos o continuos.
- Los animales infectados pueden también sudar profusamente, padecer de respiración acelerada, y depresión.
- Pueden bajar de peso, aún si mantienen su apetito normal.
- Los ojos se les tornan de un color rojizo y un poco acuosos.
- Los animales infectados orinan frecuentemente, y si el caso es grave, sufren de diarrea.
- Las patas y la parte inferior del cuerpo se les hinchan.
- El animal débil se tambalea al caminar; a veces se le paralizan las patas posteriores.
- A medida que la enfermedad progresa, el animal infectado desarrolla anemia. Sus membranas mucosas se vuelven pálidas o amarillentas, su pulso es débil, y los latidos de su corazón son irregulares.
No todos los animales infectados con AIE muestran signos clínicos. A veces los animales visiblemente afectados muestran sólo algunos síntomas.
Algunos animales con el virus en la sangre nunca muestran ningún síntoma, sin embargo en algunos animales los síntomas son variados, depende del estado de la enfermedad.
El virus de la anemia infecciosa equina se fija a los eritrocitos, pero no los ataca ni los destruye directamente. Es la acción de los anticuerpos que combaten el virus lo que destruye a los eritrocitos contaminados por el virus. Este proceso es independiente de la edad, la raza del caballo o el sexo del animal, por lo que representa un riesgo y una amenaza seria para cualquier equino. Adicionalmente, la enfermedad hace que la producción de nuevos glóbulos rojos sea insuficiente, con lo que se consolida la anemia.
¿Cómo se transmite la enfermedad?
- A través de la picadura de insectos chupadores de sangre (mbutú, mosca de los cuernos).
- Por la picadura de un mosquito (Anopheles psorophora).
- Contacto directo entre animales enfermos y sanos (virus en todas las secreciones y excreciones corporales).
- De la madre al hijo a través de placenta y de la leche.
- Agujas de uso múltiple, instrumentales, etc.
- Transfusiones y sueros equinos.
- A través de alimentos contaminados.
Prevención
- Control de animales que entran y salen del hato.
- Control periódico con el test de Coggins (aproximadamente 2 veces en el año).
- Si se detectan casos positivos, realizar un chequeo total de los animales, repitiendo la prueba 30 dias después.
- Los animales positivos deben ser separados del resto de los animales y en lo posible sacrificados.
- Mantenga limpios los establos y alrededores en todo momento.
- Combatir la presencia de los insectos transmisores.
- Adquirir animales con certificado negativo a la enfermedad.
Fuente:
http://www.senacsa.gov.py/web/index.php?pagina=anemia-infecciosa-equina